LA MOSCA & EL MERCADO / PRESENTACIÓN






Hicimos "La Mosca & El Mercado" allá por el 2000, 2001.
Teníamos entonces la inconciencia de la aventura y los sabores del riesgo, y la falta absoluta de planes como timón de tormenta.
Teníamos entonces la guerra a flor de piel, y anunciábamos con estridencia revoluciones que nunca llegarían.
Hablábamos de cosas inmediatas, sin saber que acaso repetíamos un mandato quejumbroso y tanguero de una época lanzada hacia su límite. Amigos que bardeaban de pólitica y moral con aforismos nietzscheanos y preocupaciones vagas.
Ahora tenemos -inexorablemente- unos cuantos años más, y muchas canas más, y la extraña sensación de que esos años se desvanecieron sin sentido, perdidos en intentos de nada sobre nada y hacia nada.
Si sólo resguardáramos hechos, noticias, fragmentos del olvido, simples nociones de inmediatez, podríamos decir, con verdad: pasaron tantas cosas desde entonces...
Si sólo resguardáramos hechos, simples nociones superficiales encadenadas a impulsos primitivos de certezas, podríamos entonces registrar nuestras inmóviles estatuas de sal: las asambleas barriales y aquellas tardes de domingo en Parque Centenario (¿te acordás?), Duhalde, el corralito, los golpes con martillos de los viejos frente a los bancos blindados, el puto de Rodríguez Sáa, el default, el riesgo-país, las colas frente a las embajadas, los cinco presidentes en una semana, el tres por uno, y al final Javier asomándose a una política que yo no entendía, y yo escondiéndome en aquella pensión de Seguí para salvar el esqueleto, con poca guita en el bolsillo y los pibes aquellos con los que salvamos las pocas viejas estructuras que por todas partes ya venían cayéndose a pedazos, y con ellas salvar de la deriva mis sentidos más profundos, más ocultos, más míos.
Y después Luján nuevamente, y la historia gota a gota, soneto por soneto, piedra por piedra, escape por escape, y el barco enfilado hacia un rumbo distante y extraño, tripulado por el fuego de aquella piba de Mercedes...
Entonces (creo) éramos más serios que ahora, y menos dolidos.
Todavía no habíamos sido capturados por la aliteración obscena de los mensajes de texto del sin-espacio y el sin-tiempo, ni por la resignación cobarde del enjaulado. Internet no era aún para nosotros este mandato ordenador de nuestras grietas y nuestros descontentos.
La mayoría de los amigos de entonces se perdieron en un limbo.
Las últimas noticias de la derrota siguieron su marcha, infructuosas, incesantes, girando alrededor de los mismos abismos, incólumes, haciendo de cuenta que nada pasaba, que todo era normal y cotidiano. Afganistán, Irak, Al Qaeda, Blumberg, Tinelli, Bush, Guantánamo, Bin Laden, Duhalde, el codificado de los domingos, Clarín y Telenoche... todo con la misma cara de póker de los presentadores de los noticieros y los vecinos de tu cuadra.
Pasaron siete años como siete letanías, y siempre intentando (sin ganas) volver a editar aquella revista, aquel jolgorio de quejas, aquellas pastillas contra el aburrimiento...
Entonces teníamos ganas, desconfianza, vanidad, carácter.
Nos enorgullecimos entonces con cada gesto, con cada palabra de aliento, con cada aceptación.
Ahora tenemos más certezas, o acaso las mismas más hondas, más altas, más claras.
Entonces teníamos la decisión y el tiempo. Podíamos esperar, podíamos esperar a des-esperarnos.
Ahora el hielo de esta congeladora comenzó a descongelarse.










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29 diciembre, 2008

Ataque israelí a Palestina: un Genocidio planificado disfrazado de "Guerra"


Primera Parte (a manera de antecedente)


Fragmentos de la nota
“Crónica desde Madrid para los que
no oyeron los bombardeos israelíes”

Por Ángeles Diez - Periodista española / (www.rebelion.org)


Por segundo día consecutivo el ejército israelí continúa la masacre en Gaza con cientos de muertos y heridos. Israel da continuidad a la que viene siendo su política de aislamiento, demonización y exterminio de los palestinos. Sin embargo, el salto cualitativo, no son los bombardeos para asesinar cientos de palestinos de una sola vez, tampoco las declaraciones de la comunidad internacional poniendo en el mismo plano a víctimas y verdugos al manifestar sus deseos “de que finalice la violencia”, ni siquiera la connivencia de los gobiernos de los países árabes colindantes; lo que supone un camino sin retorno es la justificación sistemática del asesinato y su utilización como moneda de cambio en el sistema político.

En plena campaña electoral, el estado confesional israelí no duda en acelerar su política genocida que le permita una imagen de mano dura ante los votantes. Los gobiernos occidentales avalan su actuación recalcando las consignas de “cese de la violencia” y creando la falsa imagen de dos estados en guerra. Los medios de comunicación reproducen el discurso israelí y tienen su propio papel en la masacre: convierten los cuarteles de la policía palestina en Gaza en “instalaciones de Hamás”, palabra ya maldita convertida en adjetivo que permite justificar la destrucción de las vidas de los palestinos. Las elecciones, la democracia modelo occidental, no dio los resultados deseados en Gaza, de modo que si no se consiguió que los palestinos eligieran a los representantes adecuados habrá que convencerlos por la fuerza. Tampoco fueron los resultados esperados en Cisjoradania, por eso hubo que encarcelar a 11 parlamentarios palestinos.

El mismo día en que el parlamentario Ahmad Saadat es condenado a 30 años de cárcel por reclamar el cese la ocupación de palestina, el mismo día en que siguen muriendo niños palestinos por no tener acceso a medicinas, el mismo día en que siguen muriendo mujeres palestinas camino de los hospitales, el mismo día en que los chek point siguen haciendo imposible la vida de miles de palestinos, el mismo día en que se sigue construyendo el muro de la vergüenza; ese mismo día, han vuelto a sonar las bombas y resonar las órdenes israelíes de acelerar la destrucción porque los palestinos no se rinden.

También ese mismo día, los medios siguen siendo el eco del gobierno israelí con titulares como “Israel bombardea el sur de Gaza para destruir los túneles con Egipto”. Las intenciones de Israel se convierten en la realidad, ningún periodista, ningún redactor ni ninguna agencia hablará de unos túneles que son las únicas vías de acceso para aliviar el asedio de los habitantes de Gaza. Los asesinatos se convierten en “segunda jornada de ofensiva israelí en la franja” . A los medios sólo les interesa, lo mismo que a la comunidad internacional, las declaraciones de los atacantes: “Ehud Olmert, ha asegurado hoy que su Gobierno manejará la situación "con sensatez, paciencia y firmeza" hasta "alcanzar los resultados deseados", también reproducirán las declaraciones de los militares israelies: “El ataque israelí destruyó ayer varias sedes policiales y centros de entrenamiento de Hamás, ubicadas en zonas residenciales, así como la estación de televisión del movimiento islamista”. Se ataca a los medios de comunicación palestinos porque “han continuado sus transmisiones desde un sitio desconocido” , lo que les hace doblemente sospechosos. Además, nos dice la prensa que “una mezquita ha sido bombardeada en las últimas horas por acoger "actividades terroristas", ha dicho un portavoz militar israelí” . Los medios no dan voz a los familiares de los palestinos asesinados en la mezquita sino al ejército israelí, que justifica los ataques.

(...) Hoy día 28 de diciembre no han sonado las sirenas en Madrid pero hemos oído las voces de los palestinos. Ha habido una concentración frente a la embajada israelí como muestra de repulsa, indignación y rabia. Marroquíes, españoles, sirios, palestinos, árabes españoles, jordanos. Nos hemos concentrado para hacer sonar las sirenas. Los medios de comunicación españoles han insistido en tomar las imágenes más estereotipadas, los cámaras saben que esas son las imágenes que les publicarán, las que podrán servir de justificación de la masacre, al fin de al cabo, dirán, estaban en la concentración y, ellos no escriben las noticias, pero sin los niños gritando y sin las niñas con pañuelos no les comprarían el reportaje. Cada uno cumple su papel y se coloca en el lugar que le corresponde. (…)

(…) Les preguntamos a los palestinos por la responsabilidad de Hamas, esa es la consigna que esgrimen los gobiernos occidentales, incluso el propio Mahmud Abbas, presidente palestino, muy en línea con las declaraciones norteamericanas e Israelíes. Hoy mismo, por ejemplo, Radio Nacional de España recogía las palabras del representante estadounidense diciendo que “era necesario parar la violencia primero de Hamas y luego de Israel”, y señalaba el locutor que Abas señalaba a Hamás como responsable. Jalil, el presidente de la Asociación Hispano-Palestina, nos dice: “es absurdo, Hamás ha sido elegida por el pueblo palestino y por lo menos tiene que tener la oportunidad de gobernar. Ha habido una tregua durante seis meses y durante ese tiempo Israel ha matado a 30 personas en Gaza, además del asedio y el bloqueo. ¿De qué puede ser responsable Hamas? Sí, es responsable de haber ganado unas elecciones. Sí, de eso es responsable Hamás, ahora, si eso no se admite, si no se acepta la democracia, pues habrá que decirlo así”.

La democracia, qué razón tiene Jalil, los palestinos están aprendiendo el verdadero significado de la democracia, el que reconoce como democrático a Israel, un Estado que se declara confesional , es decir, de religión judía, en sus principios fundacionales; el que encarcela a parlamentarios palestinos democráticamente elegidos y no reconoce un gobierno salido de las urnas. (…) Gaza y Cisjordania, no lo olvidemos, son territorios ocupados, no hay una palestina libre, es la obligación de Israel el mantener a la población civil. Pero lo que hace es cercarla, asediarla, dejarla morir de hambre”.

(…) Los palestinos han perdido toda la confianza en la comunidad internacional, si los gobiernos occidentales insisten en colocar en el mismo plano a los verdugos que ocupan la tierra y sojuzgan a un pueblo, con las víctimas que sufren cotidianamente la ocupación, el aparheid, el exterminio, si ambos son iguales para la comunidad internacional es porque no se puede esperar de ella la más mínima justicia, ni siquiera a través de sus declaraciones “tratan a ambas partes como si se tratara de una guerra, ponen a Israel a un lado y a Hamas por otro, simbolizan en Hamas con la otra parte. Hacen un llamamiento a que Hamas deje de lanzar misiles y a que Israel finalice los bombardeos. En el fondo están legitimando la agresión israelí al acusar a Hamas de la suerte de los palestinos”.


Fragmentos seleccionados de nota aparecida el domingo 28 de diciembre en: www.rebelión.org

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Segunda Parte (a manera de antecedente)


Organización "Médicos del Mundo":

informe de situación en Gaza y Cisjordania

previo a los bombardeos israelíes actuales


Un informe de la Organización Humanitaria “Médicos del Mundo”, previo a los actuales bombardeos israelíes en la Franja de Gaza, señalaba lo siguiente:

“Desde febrero, los Territorios Palestinos Ocupados sufren las consecuencias del embargo económico internacional decretado por las principales financieras occidentales tras la victoria del partido político Hamás en las elecciones parlamentarias del 25 de enero de 2006. La suspensión de las ayudas internacionales es una dificultad añadida para la población civil palestina cuyas condiciones de vida se han deteriorado de forma constante desde el año 2000. Además, la operación “Lluvia de verano”, lanzada por el Ejército israelí el 28 de junio 2006 en reacción al secuestro de un soldado por militantes palestinos, es un factor desestabilizador complementario de la zona que puede contribuir a que los Territorios palestinos se hundan en una grave crisis humanitaria.

Actualmente, el 70% de la población palestina vive por debajo del umbral de la pobreza (en 2006 el IUED fijó el umbral de pobreza en 2.7 dólares por persona/día), la tasa de paro registrada en la Franja de Gaza se eleva al 40%3 y las condiciones de acceso a los alimentos y al agua potable son más difíciles que antes del año 2000. Además, la destrucción de infraestructuras y de grandes ejes de transporte durante la operación “Lluvia de verano” lanzada el 28 de junio, restringe considerablemente el suministro de electricidad, agua potable y carburantes, así como los desplazamientos en la Franja de Gaza. Por ello, más allá de las repercusiones inmediatas que pueda tener sobre la salud física y mental de la población, la última incursión israelí en la Franja de Gaza podría tener consecuencias a largo plazo y fragilizar todavía más un sistema ya de por sí muy inestable.

Como asociación médica de solidaridad internacional, Médicos del Mundo se moviliza desde 1990 para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones civiles palestinas y especialmente en materia de acceso a la higiene, medicamentos y atención sanitaria.

En este informe, al analizar el estado de salud de los pacientes que acuden a las estructuras médicas de la Franja de Gaza, Médicos del Mundo intenta evaluar a través de este análisis las condiciones de acceso al sistema sanitario de la población de Gaza así como las dificultades a las que se vienen enfrentando los equipos sanitarios desde principios de 2006.

El análisis se realiza a partir de datos recogidos en el terreno a través de dos encuestas dirigidas por Médicos del Mundo y llevadas a cabo por el equipo local establecido en Gaza. Estas encuestas se realizaron antes y durante la operación “Lluvia de verano”, es decir la primera del 27 al 29 de junio de 2006 y la segunda del 3 al 8 de julio de 2006. Han participado 1.487 personas que acudieron a consulta en 15 centros de salud representativos del conjunto del sistema sanitario, y distribuidos por toda la

Franja de Gaza (norte, centro y sur). Las encuestas se dividen en tres partes: las condiciones de vida (actividades, condiciones de vivienda y acceso a la alimentación y al agua), las condiciones de acceso a la sanidad (accesibilidad de las estructuras de salud y a los medicamentos para los pacientes y acceso a los centros de trabajo para el personal sanitario) y la salud mental. Los resultados más reveladores de la situación antes de la operación “Lluvia de verano” y de su deterioro posterior incluyen lo siguiente:

Acceso a los centros de salud: a principios de junio, el 23% de los pacientes necesitaban más de una semana para acudir a la consulta tras el inicio del episodio de enfermedad, lo que demuestra una dificultad global para acceder a la atención sanitaria. Tras la incursión israelí, el tiempo invertido para desplazarse a los centros de salud se ha multiplicado por cuatro.

Estado general de salud: en mayo 2006 los nacimientos prematuros en medio hospitalario se han incrementado en un 60%. El 52,6% de las pacientes que han acudido a las consultas sufría patologías crónicas; el 93% de ellos seguía un tratamiento. Los problemas psicológicos estaban creciendo sobre todo entre los niños. Desde junio, el 84,7% de los encuestados se han tenido que enfrentar a una circunstancia traumática en los días previos a la consulta.

Empleo: El 35% de los encuestados está sin empleo o no cuenta con ingresos fijos. Entre las personas que declararon tener una actividad profesional, el 30% estaba ocupado en el sector informal.

Acceso al agua: Antes de la operación “Lluvia de verano”, el 70% de las personas tenía acceso al agua potable. El porcentaje cayó al 32,5% en el momento de la incursión. Al mismo tiempo, el aprovisionamiento en agua de las estructuras de salud es insuficiente para asegurar su normal funcionamiento y sufre cortes continuos.

Acceso a la electricidad: en el primer día de la operación militar la destrucción de la central eléctrica de Nuseirat que alimenta el territorio de Gaza, ha privado de electricidad a los hospitales durante largos periodos.

El análisis resultante de los datos obtenidos de las dos encuestas será trasmitido a los Miembros del Cuarteto, y específicamente a la Comisión Europea. De esta forma, trataremos de que tomen en cuenta las consecuencias sobre la salud de la población palestina al hacer efectivo el embargo económico sobre los Territorios Palestinos Ocupados, decisión tomada el día siguiente de la elección de Hamás y efectiva desde febrero 2006, y agravadas aún más por la operación, “Lluvia de verano” del Ejército israelí. Agotada física y psicológicamente, la población de Gaza debe recibir apoyo por parte de la comunidad internacional en el marco del Derecho Internacional Humanitario.

Por ello, Médicos del Mundo solicita a las autoridades israelíes:

En relación al acceso a la salud:

- El cese inmediato de los ataques indiscriminados contra las infraestructuras civiles y las poblaciones, violando el derecho internacional humanitario.

- El cese de las incursiones y de la ocupación de las ciudades palestinas, violando el derecho internacional humanitario.

- La garantía de la protección y la neutralidad de todas las estructuras sanitarias (ambulancias, dispensarios, hospitales) y de su personal, en el más estricto respeto de la misión médica.

- La garantía del libre acceso del personal sanitario a los heridos y de los heridos a las estructuras sanitarias.

En relación a la situación económica:

- La liberación de los Territorios Palestinos Ocupados de la presión económica impuesta a través de la privación de los derechos aduaneros y fiscales.

- La reapertura de los puntos de paso de Karni, Erez y Rafah que permitan la entrada de medicamentos y de productos básicos así como el acceso a la sanidad de los pacientes en territorio israelí o en el extranjero respetando el “Agreement on Mouvement and Access” firmado en noviembre de 2005.”

Para ver el informe completo, ingresar a

http://www.mdm.org.ar/informes/docs/06-12-11_informe_palestina.pdf

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Tercera y Última Parte / Nota Editorial de "La Mosca & El Mercado"


Acerca de los actuales bombardeos
israelíes a la Franja de Gaza, y el
papel de los medios de comunicación
de occidente: un genocidio planificado,
disfrazado de "guerra"


En este marco, validando ambos antecedentes mencionados, y en vista de las actuales circunstancias, La Mosca & El Mercado afirma que:

* La política de estigmatización y demonización israelí posibilita (y es parte esencial en) el genocidio planificado que se está llevando a cabo en la actualidad contra la población civil palestina de los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, y la misma es repetida como una (morbosa) letanía por la mayoría de los grandes medios de comunicación masivos de occidente, entre los que se alistan (como era previsible) “nuestros” principales medios (Clarín, La Nación, y demás). Esta política de ningún modo es casual y está cumpliendo su fatídico doble objetivo: hacer tolerable la masacre planificada tanto para adentro como para afuera, ejerciendo con ella un (psicótico) control de la “opinión pública” (nefasto “mostrorum artíficex”, cuyas implicancias motivarían muchos otros análisis, que no son menester aquí), y una evidente manipulación ideológica.

* De este modo, son tergiversados y manipulados los orígenes y causas socio-políticas que motivan este genocidio planificado, y es presentado así al mundo como un “conflicto” entre dos bandos, cuando en realidad es una matanza de proporciones horrorosas, en absoluta desigualdad de fuerzas (si las hubiese).

* El supuesto “conflicto” se da, según los medios, entre el “estado” israelí (presentado así, siempre implicará “legalidad” y “hegemonía”) versus “el grupo Hamás” (¡denominar “grupo” a lo que es un partido político legal!), que implica connotaciones delictivas y/o irregularidad, a la misma vez que menosprecia su entidad. Tal es el desconcierto que provoca ver hasta dónde puede llegar la manipulación de los medios en el mundo actual, al punto que han logrado transformar esta “guerra”, librada en los hechos entre cohetes de fabricación casera y piedras arrojadas por adolescentes versus las más avanzadas tecnologías en misiles y bombas del mundo, y el segundo ejército profesional más equipado del mundo, en un “combate” más.

* Asimismo, la invasión y consecuente bombardeo israelí sobre este territorio palestino es presentado por los medios con el eufemismo “operativo” (palabreja utilizada, por ejemplo, el domingo 28/12/2008 por Clarín) que connota organización, orden, estrategia, y en última instancia, limpieza; opuesta siempre a una “agresión” del “otro bando”, y eventualmente como “contestación bélica necesaria y justa”, mientras que los ataques palestinos son invariablemente apuntados con apelativos que infieren desorden, anarquía (en el sentido actual de dicha palabra, es decir en su sentido deformado, pero otra vez aquí sería necesario un debate posterior), caos ó, directamente, terrorismo, violencia irracional, guerrillerismo o carácter primitivo. Tal es el caso de los eufemismos “agresión palestina”, “lluvia de cohetes” (Clarín dixit), “ataque indiscriminado”, “recrudece la violencia en Gaza” (¡el eufemismo “recrudece”, con su carga intrínseca de irracionalidad y vandalismo!), y tantos etc's cotidianos que nos brindan nuestros periódicos, noticieros de TV, conglomerados multimedios, informativos radiales y agencias “independientes” de noticias.

* Por lo que afirmamos, en definitiva, que este verdadero “holocausto” (¡cuántas implicancias también posee este vocablo!) sufrido por el pueblo palestino sojuzgado tiene todas las terribles características que este tipo de hechos han mostrado reiteradamente a través de la historia, pero que particularmente conlleva (nuevas) nefastas características que avergüenzan a nuestra “moderna” cultura de la comunicación global, y que finalmente la desnudan y la muestran tal cual es, es decir, como la cultura de la “manipulación informativa global”. Ésas características son: el cinismo del silencio, la complicidad del ocultamiento descarado y deliberado, la tergiversación valorativa, y la manipulación inescrupulosa de las conciencias, transformándonos a todos en cómplices de la muerte planificada y sistemática.


Eduardo Spalletta / Luján, 29 de diciembre de 2008.-


Vuelta a la escuela en la Franja de Gaza. En los pupitres, tarjetas con el nombre de los niños asesinados por el ejercito israelí.

Foto gentileza de www.rebelión.org


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05 noviembre, 2008

Pasen y lean: Christian Ferrer (II) "Borges, la diplomacia del desafiante"


Otro artículo de CHRISTIAN FERRER


Esta vez, un extraordinario análisis sobre el Borges "político".


El Borgismo como Filosofía Política


El literato que agravia y menoscaba a su país y a sus contemporáneos no suele caer en gracia al comisariado cultural de su época; al menos, no en vida. Cuando el calibre de la injuria es alto y si, además, inoportuna y descarada, ella perdura, el autor queda aislado, se desliza en el olvido o, cuanto menos, se lo retira de la nómina de colaboradores de la cultura. Este es el origen de la "autoría negra", una modalidad de la obra y un estilo de exposición del escritor cuyo destino esta subordinado a las reglas de exclusión impuestas por la mentalidad intelectual de su época.


"Sólo el individuo existe si es que existe alguien"
Jorge Luis Borges


El autor negro es abortado; luego, como "caso clínico", nace póstumamente. No fue éste el caso del prócer literario argentino Jorge Luis Borges, a pesar de haberse emperrado en desmentir a la buena conciencia de su país. Que se le hayan concedido metros y metros de centimetraje periodístico y adulaciones públicas y banquetes de homenaje y honoris causa a granel no nos indica la presencia de una paradoja sino la de un síntoma. En efecto, se festeja y se estudia materia indigerible. Perón le rindió un homenaje superior promoviéndolo a Inspector de Gallinas y Conejos. Aún están por estudiarse los distintos modos en que el oficialismo cultural cierra el pico de sus autores.

Con unánime y sospechoso empeño, el gremio -críticos, lectores y camaradas de oficio- decidió, en algún momento de la apoteosis borgiana, que las opiniones y declaraciones del nobel candidato carecían de valor. O bien eran provocaciones pour epater la classe moyenne, o bien eran los desvaríos de un anciano políticamente despistado. "Cosas del abuelito". Así procede la mala conciencia de los idólatras del arte: siendo Borges un escritor consagrado era preciso "hacer la vista gorda" ante sus excentricidades ideológicas, transformadas de allí en adelante en anecdotario curioso o en voces inocuas de un diccionario personal.

Pero aquí me propongo tomar en serio este "género" episódico y evanescente: la opinión sobre la marcha general de las cosas, la primera plana, el titulaje, la intrascendencia de la historicidad de ocasión. Por otra parte, sabemos también que en las apostillas o en las acotaciones al pie de página se manifiestan libremente los humores y talantes de un autor. En todo caso, las boutades públicas de Borges no son consecuencia del capricho o del reporte meteorológico, sino de una estrategia coherente y de una filosofía política. Prestaré atención no solo a sus entrevistas y libros de conversaciones sino también a los ensayos y a ciertos presupuestos filosóficos de su obra "de ficción".

Este prontuario

Es curioso que un "economista" del lenguaje no midiera sus palabras públicas. Durante toda su vida, al comienzo en comentarios bibliográficos para la revista El Hogar o en notas cortas para Sur, y luego en infinidad de entrevistas que concedía con total liberalidad y que se hicieron casi diarias desde fines de los 60, Borges no se privó de opinar sobre economía, política, ideología, o sobre el sentido común y ético de sus compatriotas. Fueran condimentadas con ironía o humor, se inscribieran en debates públicos sobre temas imperecederos o en coyunturas urgentes y escabrosas, no deja de sorprendernos la cantidad de "declaraciones" en un autor tan alejado del modelo del "escritor comprometido".

Si consideráramos a la política como una variedad argentina de la ramplonería, es decir, en tanto sufragio o antojo de época, transformaríamos a Borges en un contemporáneo más. A lo largo de su vida fue sucesivamente un entusiasta de la revolución bolchevique, un agnóstico en cuestiones de bandería, brevemente irigoyenista, aliadófilo, cerril antiperonista, exaltado colaborador de la "Revolución Libertadora", afiliado al Partido Conservador, y distante aunque indudable defensor del proceso militar primero y del democrático después. No dejó nunca de profesar públicamente un desesperanzado aunque decidido anarquismo conservador, que no pasaba de ser la última estribación de un liberalismo espiritualmente aristocrático ya irrealizable.

Estos son los hechos: su padre, a quien Borges definía como un "anarquista filosófico", le inculcó desapego y desdén por las instituciones estatales, enseñándole la obra de Herbert Spencer -fuente de su liberalismo vagamente ácrata- a la vez que permitía al joven Borges eludir el colegio, regulado estatalmente, mediante la contratación de maestros particulares. "Una vez mi padre me dijo que echara una buena mirada sobre soldados, uniformes, cuarteles, banderas, iglesias, curas y carnicerías, porque todas esas cosas estaban por desaparecer, y yo podría narrar a mis hijos que realmente las había visto". Este será -si se quiere: con oferta programática no tan vasta- el ideario que Borges recomendará luego a sus compatriotas. Un dato minúsculo y a la vez una sugerente anécdota familiar: Jorge Guillermo Borges -su padre-, junto a Macedonio Fernández y Julio Molina y Vedia habían intentado fundar una comuna libertaria en una isla paraguaya.

Hacia 1928, Borges participa en un "Comité de Jóvenes Intelectuales" favorable a Irigoyen. Decía del "peludo" que tenía "pocas luces, pero que era probo"; y de los radicales, más adelante, que eran "mediocres, pero que no eran peronistas". Confesará, además, que se afilió al radicalismo "porque un tío suyo había sido amigo de Alem"; lo que equivale a decir que fue correligionario por genealogía. No era inhabitual que Borges procesara sus deslices políticos burlándose de sí mismo; se trata de un uso indulgente de la autocrítica que, al mismo tiempo, transforma toda pertenencia partidaria en una farsa. Así, cuando Illía gana las elecciones firma una ficha de afiliación al Partido Conservador, "porque era una causa perdida". Esta es la ética política de un caballero, a la vez que una "modalidad del escepticismo". Apoya a los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, pero por omisión. Prefiere fastidiar a los nacionalistas locales. En 1983 aconseja votar por la UCR contra el peronismo, pero al poco tiempo declara que "el parlamento es un edificio pomposo e inútil". Sobre el final de su vida regresaría al pasado, a reincidir en su anarquismo spenceriano. Pero ya se trata del maximalismo descreído de un anciano, a quien, por otra parte, nadie toma políticamente en serio. Una década antes, Borges había defendido el golpe de Estado y había visitado al general Videla en compañía de algunos escritores. Repetiría la escena con Pinochet. Se desdecirá en 1980 cooperando con las Madres de Plaza de Mayo y escarneciendo públicamente a la casta militar. La visita a Videla no logró eclipsar su figura literaria porque Borges era Borges. Exceptuando a Sábato, los escritores que lo acompañaron son hoy desaparecidos culturales, a pesar de que uno de ellos fue el único que reclamó en aquella ocasión por la vida de Haroldo Conti.

Pero este prontuario no es la clave de comprensión de sus actitudes públicas y su filosofía política. Es solo otro catálogo más de calamidades nacionales. Si analizamos la minucia, nos enteramos que Borges consideraba al comunismo y al fascismo dictaduras simétricas, al peronismo corrupto y prepotente, al radicalismo un mal menor, que no apoyó la Guerra de las Malvinas, y que tenía al fútbol, los periódicos, la idea de patria, al Papa y a las supersticiones populistas por motivos de injuria. Es el hombre contra la multitud, un gesto propio de asociales y es también un problema de carácter: Borges disponía de un genio antipolítico; de allí que la índole de su "anarquismo" fuera visceral, y que éste se expresara paradojalmente. Sus declaraciones más irreverentes corresponden justamente a períodos en los cuales sus adversarios se hallan en el cenit de su poder. Un extraño contrera: un hombre tímido por naturaleza enfrentado al gran público. En 1973 declara que la época de la esclavitud no era tan mala; en 1976, luego del golpe, se define "anarquista-individualista"; en 1982, en plena guerra, recomienda que las Islas Malvinas les sean entregadas a Paraguay como salida al mar.

Es evidente que la fama suele ser un parapeto seguro y eficaz. Pero Borges publicaba opiniones por el estilo cuando no era conocido más que por una pequeña capilla literaria o, incluso, cuando sabía que arriesgaba un cargo municipal menor. Su modo de confrontar fue invariable de principio a fin.

No fue un ademán

Si se acepta que Borges adoptó tácticas intelectuales propias de la
disposición temperamental ácrata (la actitud provocativa, la opinión impopular, la defensa de anacronismos) entonces nos es posible incluirlo en una galería de personajes insociales a la cual no es habitualmente integrado. Leopoldo Lugones e Ignacio Anzoátegui pertenecen a este linaje. Lugones, junto a Alberto Ghiraldo, Florencio Sánchez, Macedonio Fernández, Roberto Arlt y, en su ocaso, Ernesto Sábato han sido escritores que por una razón u otra -no excluyendo la arbitrariedad- han sido considerados o se han autodefinido "anarquistas". Eran tiempos en que el pensamiento libertario aún ejercía una cierta influencia política o ética.

En nuestros días la escasa recurrencia al ideario ácrata no pasa de ser un gesto simpático, y también una maniobra de higiene política, patética e ineficaz. O bien funciona como una estética para épocas de retaguardia o bien se trata de la enfermedad infantil del paraculturalismo, que contagia a las ambiciones que no concitan aún suficiente rating. Pero en Borges, ya lo dijimos, constituía, no un ademán, sino una filosofía política.

Esta se expresaba fragmentariamente pero estaba concentrada sobre algunos temas (el totalitarismo, la estupidez humana, la incompetencia de los demócratas, el peronismo, el individualismo, etc.). No es fácil reunirlas en una totalidad porque el modo en que Borges las despliega es disociativo. Sus estrategias -especialmente las orales- procuraban confundir al interlocutor, sembrando el desconcierto o avergonzándolo con sutiles humillaciones. La humorada hiriente, contradecir sus declaraciones anteriores, argumentaciones aparentemente arbitrarias, la opinión falsamente ingenua, la sinceridad inconveniente, el anticonvencionalismo provocativo, son algunas de las posiciones adoptadas por este francotirador ingenioso y delicado. Conforman, por así decirlo, la diplomacia del desafiante. Importa destacar que, en cuestión de entrevistas, Borges no rehuía a ningún tipo de interlocutor, incluyendo a las publicaciones dedicadas al mercado del corazón o de la banalidad.


Pilares de una filosofía

Su firme e inalterada incredulidad sobre los beneficios últimos de la democracia lo convirtió en un rara avis entre la fauna intelectual argentina: "La democracia es un abuso de las estadísticas" (1978), "Un argumento en su contra es que el peronismo puede ganar las elecciones" o "Es absurdo que todo el mundo pueda votar" (ambas de 1973). Sus alusiones a la sanción de la Ley Saénz Peña como causa del pecado original, y a que tal libertad obligatoria "constituía una forma de la impertinencia", continuaron incluso durante los primeros tramos del proceso de transición a la democracia, cuando por muchísimo menos se negaban los salvoconductos que habilitaban el acceso a los nuevos foros de la cultura.

Es cierto que la coincidencia de conservadurismo descreído y aristocratismo espiritual eran confines en cuyo interior Borges se sentía a sus anchas. Pero él no era tan solemne como Valéry ni tan terco como Pound. Si desconfiaba del recurso a la "mayoría" era porque la reducción del ser a número debilitaba la singularidad humana. Los comicios y la asimilación a la masa es la inversión de la vida ética: el Estado impone la Ley, pero es el individuo virtuoso el único que puede proteger a la vida con su ejemplo moral. Borges se interesaba en la política justamente cuando interfería con la ética. Y solo hay vida ética cuando existe autonomía de decisión, o bien, como sugiere Borges, "cuando se actúa como si ésta existiera".

Un gobierno y un individuo se repelen mutuamente: este era ya su credo en 1946 cuando publica Nuestro pobre individualismo. En este breve texto Borges opone Estado a "argentinidad". Recordemos el argumento: el Estado recluta ciudadanos o patriotas, pero el argentino, asumiéndose individuo, es un refractario; el Estado es impersonal, el argentino sólo acepta relaciones personales; el modelo de organización social que aquel promueve es policial, el argentino solo cultiva la amistad; el desertor o el hombre solo que combate la batida militar es mas respetable que un partido político; en fin, para el europeo el mundo es un cosmos, para el argentino, un caos. Resume su programa político en esta frase: "El más urgente problema de nuestra época es la intromisión del Estado en los actos del individuo". Borges examina agudamente el lado oscuro del Estado Benefactor, pero se equivoca en el identi-kit de sus compatriotas. O, en todo caso, señala el síntoma: la creciente disminución de la individualidad del argentino (así como la creciente debilidad del liberalismo de su clase social, pusilánime frente a Perón).

El arquetipo de naturaleza humana "individual" en los textos de Borges es paradójico: a la vez que promueve al hombre virtuoso y ético, lo imagina dotado de un "yo" plural y cambiante. Se acostumbra resolver este viejo dilema de la filosofía política obligando al individuo a situarse bajo el puño de hierro de la Ley, o bien sobre el tenso radio de acción del reclamo de justicia que no es compendiable en un código. Borges opta por esta última salida. Para él, el Estado es una infinita molestia y un mero administrador (un mal administrador), pero el hombre que decide someterse a un ideal de justicia puede mejorarse moralmente. La organización social que conviene a la reunión de los individuos es la sociedad cosmopolita, por eso Borges preferirá reclamar un mínimo de presencia estatal, a la manera del liberalismo clásico, o, in extremis, afirmará "des-creer" del Estado.

Los desastres de la guerra, los caprichos de una época estatal y los disparates del gobierno mazorquero local (Borges se negará a considerar a la sociedad peronista como democrática) son el macerado histórico que lo afirma en sus convicciones antitotalitarias. Pero el suyo no es el antiautoritarismo de los burgueses asustados. Incluyendo al enemigo en una perspectiva histórica y ética más abarcativa, lo destituye de una mera definición sociológica: al igual que Eliot, identifica la formación de masas como una función de los medios de información. El amparo de la cultura, es decir, de la libre reflexión y de la autonomía ética es la única alternativa que resta para el "individuo". No es raro que, tal cual sucediera con Schopenhauer, el budismo suavizara su creciente pesimismo. En el énfasis que Buda concede a la irrealidad del mundo, a la tolerancia, a la incorporación del alma a una doctrina y no a un Dios, y a la significación ética de convertirnos en nuestros propios censores, se hallan rastros de una filosofía política que Borges supo apreciar.

No está ausente en Borges una teoría de la "evolución" histórica de las sociedades. La épica es "su" motor de la historia. Pertenecemos al cosmos épico cuando se acentúa nuestro gusto y respeto por las tradiciones mitológicas y por las experiencias trágicas, así como por las tecnologías bélicas nobles. Se requiere valentía y no puntería en el señorío borgiano; y en él se despliegan las figuras del duelo y el honor, de la traición y la amistad como claves explicativas del lazo social. Mencionamos la amistad, y ya es quizás toda una definición de sociedad en la filosofía política de Borges. Solo es posible la amistad cuando los individuos son distintos entre sí; la regulación estatal de la vida, por el contrario, precisa de hombres-masa, administrables en su homogeneidad. Si prestáramos atención durante un tiempo suficiente descubriríamos que la vida social es insoportable: laboriosidad, transacciones, avaricia y ceguera voluntaria son los lindes de nuestra ciudadanía. Borges entiende la amistad como una creación colectiva y dadivosa generada por la vida valorativa, que imprime en el alma las figuras de la lealtad, la generosidad, la complicidad y la incondicionalidad.

Emilio De Ipola, en su lectura de El enigma del cuarto y de El coloquio de los pájaros, encuentra que la dimensión colectiva en Borges esta contenida en el libre albedrío concedido a los "sujetos de la narración". La impredecibilidad, el azar y el conflicto moral serían las condiciones de la autonomía inventiva que permite a la vida social romper la cadena estructurante de la Ley, y esas mismas condiciones son -para De Ipola- los supuestos de la praxis política moderna. Este modelo de creatividad social que le es sugerido por la ficción borgiana no necesariamente desmiente una reciente observación de Horacio González: "la idea de destino es en Borges una teoría laica de la acción".

Otras formas de la naturaleza humana en Borges están comprendidas en las variaciones de la soledad conciente. El lector en la biblioteca, el suicida, el detective encerrado, el maestro ante el discípulo incrédulo, el derrotado lúcido, son otros tantos modelos de individualidad. El laberinto -hogar de huérfanos y nómades- es un bosquejo de sociedad ("una ciudad en donde perderse") y la biblioteca se le aparece como una modalidad del paraíso. En Borges, la lectura no sólo es resultado de una sensibilidad particular, es también una forma de vida.

¿Pero quién sabe qué significa leer? Nietzsche dejó en claro a quien consideraba su lector; Borges sólo agradece el misterio de la lectura, un pórtico por el cual se accede a la belleza. Cabe destacar, no obstante, que
en su oficio de profesor universitario en la Facultad de Filosofía y Letras, Borges no tomaba exámenes. Si aceptamos que la relación entre maestro y alumno es una de las formas mas antiguas y generosas de la sociabilidad, el profesor Borges debe haber sido uno de los últimos que no se doblegó ante el modelo del funcionariado docente. Sólo reprobó a tres alumnos en veinte años, y aseveraba que en los "finales" lo único que le interesaba era escuchar, y escucharse. En 1955, cuando le fue solicitado un curriculum, Borges envió esta precisión: "Muy inconscientemente me estuve preparando para este cargo a través de toda mi vida".

Aún nos resta aclarar algunas aristas del "anarquismo" de Borges. A pesar de que su afición a los principios políticos del pensamiento anarquista abunda en reportajes y en algún artículo, debe señalarse que su contacto con anarquistas de carne y hueso era casi nulo.


Anarquismo ¿"a la Suiza"?

Ya dijimos que Spencer y no Bakunin ocupaba un lugar central en su patrística ideológica. También, que su anarquismo era más filosófico que "político". Y asimismo, que nunca dejó de ser, por temperamento intelectual un salvaje aunque civilizado anarcounitario. En verdad, la lectura de los trascendentalistas americanos y de los liberales clásicos se constituyó en la nutriente de esa rama de su filosofía política mas "confiada". Su ideario se parece a las variantes extremas del liberalismo individualista representadas por un William Godwin en Inglaterra o por un Lysander Spooner en los Estados Unidos.

Pero son tantas las "interferencias" históricas e intelectuales que pueden registrarse en Borges que su librepensamiento podría ser considerado una variante argentina del pesimismo político: por un lado, Nietzsche y especialmente Schopenhauer, por otro lado, ironistas de toda especie.

Disponemos de un dato casi imperceptible, apenas mencionado, un dato -para los amantes de los linajes oscuros del pensamiento- lujoso y significativo: Guillermo de Torre ha dicho que Borges llegó a Barcelona desde Ginebra "pertrechado de Stirner". Es la única alusión con que contamos sobre la relación entre Borges y el originador de un anarcoindividualismo solipsista y agresivo. Sabemos solo de otro argentino, en sus antípodas, que leyó a Max Stirner: Raúl Barón Biza. Pero mientras éste se desliza hacia lo siniestro, Borges lo hace hacia un tenue nihilismo. ¡Fervorosas lecturas de juventud!, se dirá. Quizás. Pero quién sabe cómo ciertas obras perduran en el pensamiento luego de haberse impreso sobre un alma sedienta. En las declaraciones irreverentes de Borges se escuchan remotas voces de criaturas nocturnas menos cautas que él, y a quienes -quizás- traducía, rindiéndoles homenaje.

En la Suiza de su adolescencia, en la Ginebra atestada de exiliados rusos y de dadaístas alemanes y rumanos, en la cuna de la Federación de Relojeros Anarquistas del Río Jura, patria también del infame Calvino y refugio del iracundo Bakunin, un joven argentino leyó a Schopenhauer y a Max Stirner mientras su padre le señalaba la obra de Spencer. Quizás de este lugar de gente culta y cortés Borges haya traído en las alforjas de la memoria la imagen de un gobierno municipal a escala humana, de un "anarquismo cantonal".

Quién sabe si el borgismo no pueda ser presentado como una modalidad nacional del pensamiento libertario, un anarquismo a la suiza, tranquilo y sociable, un anarquismo, digamos, barrial. En todo caso, Borges eligió morir en Ginebra (¡otro prohombre más que muerde el polvo en el destierro!), sumando una injuria más a las que ya había dedicado a los argentinos. Escuchemos a Borges: "casi todos mis contemporáneos son nazis, aunque lo nieguen o lo ignoren". En esta frase publicada a comienzos de la década del 40 hallamos una perspicaz comprensión del destino humano en el siglo XX. El soporte de semejante convicción no es precisamente la literatura fantástica, sino el borgismo, esa forma descarnada del realismo social.


* Datos de Christian Ferrer en nota anterior de este mismo blog: "La mala suerte de los animales"


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09 junio, 2008

7 de Junio, acerca del Día del Periodista




En este día, sólo queremos recordar (una vez más, amigos...) la tarea escencial de todo periodista:



“Consideren extraño lo que no lo es.

Tomen por inexplicable lo habitual.

Siéntanse perplejos ante lo cotidiano.

Traten de hallar un remedio contra el abuso.

Pero no olviden que la regla es el abuso”.


Bertolt Brecht; La excepción y la regla



Y también ¿porqué no? una antigua (y modesta) opinión sobre la realidad periodística argentina (de mucha vigencia aún):


"Libertad de los intereses antinacionales y antipopulares, para impedir que lo
nacional y popular tenga medios de expresión: esto es lo que se llama aquí -
libertad de prensa."


Arturo Jauretche



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16 mayo, 2008

Pasen y lean: W. B. Yeats



Para alejarnos (un poco, apenas) de nuestras habituales lecturas, aquí dejo de regalo estos dos poemas, que ojalá nos sirvan para (re)conocer a este (imprescindible) autor...


La traducción al castellano es de Adrián Icazuriaga. Gracias a www.enfocarte.com


La Maldición de Adán



(De In The Seven Woods)

Nos sentamos juntos un atardecer de verano,
Aquella hermosa mujer, tu íntima amiga,
Tú y yo, y charlamos de poesía.
Yo dije: “Un línea tal vez pueda llevarnos horas,
Pero si no recrea un pensamiento instantáneo,
Nuestro hilar y deshilar ha sido en vano.
Mejor sería que te pusieras de rodillas
Y fregaras el suelo de la cocina, o que picaras piedra
Como un pobre viejo de sol a sol;
Porque articular cadenciosamente los dulces sonidos
Es trabajo más duro que todo eso, y sin embargo
Serás tildado de holgazán por la ruidosa camarilla
De banqueros, profesores y clérigos
Que los mártires llaman Mundo.”

Y entonces,
Aquella hermosa y apacible mujer por la cual
Más de uno se abandonaría a la angustia
Por descubrir que su acento es grave y dulce,
Respondió: “Quien ha nacido mujer sabe
–aunque nadie lo comente en las escuelas–
que debemos esforzarnos denodadamente para ser bellos.”

Yo asentí: “Cierto es que desde la caída de Adán
No hay excelencia lograda sin el mayor esfuerzo.
Han existido amantes para quienes el amor
Debía estar tan compuesto de galanteos y cortesías
Que suspiraban y glosaban frases de memoria
Con poses extraídas de algún viejo y hermoso libro;
Sin embargo ahora parece un asunto de lo más frívolo.”

Al nombrar el amor permanecimos callados;
Vimos apagarse los últimos emblemas de la luz
Y en el tembloroso verdiazul del cielo
Una luna, pálida como si hubiese sido una concha
Bañada por la perpetua marea del tiempo
Entre las estrellas se desgranaba en años y en días.
Tuve un pensamiento sólo para tus oídos:
Pensé que eras hermosa, y que había procurado amarte
Según la vieja costumbre del amor;
Que todo hacía parecer feliz, pero nos volveríamos
Tan descorazonados como la luna hueca.




Tras un Largo Silencio


(De Crazy Jane)

Discurso tras un largo silencio: está bien,
–los demás amantes enajenados o muertos,
La luz hostil de la lámpara oculta en su pantalla,
Las cortinas echadas sobre una noche hostil–
Que disertemos y otra vez disertemos
Sobre el noble tema de Canción y Arte:
Decrepitud física es sabiduría;
Jóvenes nos amábamos
Y éramos ignorantes.

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William Butler Yeats (1835-1939), periodista polémico, senador, autor y empresario de teatro, Premio Nobel. En cierta forma, mago, pero antes que nada, poeta, en obra y vida. Apasionado del ocultismo, y por sobre todo de Irlanda, por cuya independencia trabajó y a cuyo renacimiento artístico dio impulso decisivo.



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12 abril, 2008

Pasen y lean: Franz Kafka

Este texto breve, esta maravillosa carta, nos muestra que el genio es aquel talento capaz de descorrer el velo de la realidad, y mostrar desnudo el presente de cada época, y el futuro también. Ante la exasperante actualidad de esta carta de Kafka, es inevitable recordar aquella famosa sentencia de Borges sobre Oscar Wilde: "su obra no ha envejecido; pudo haber sido escrita mañana".

Es un regalo para los lectores de "La Mosca & El Mercado"; espero puedan disfrutarla y saber ver lo que dice de todos nosotros...

Agradecemos la colaboración de Guillermo De Blas, que nos la acercó.



Carta de Franz Kafka a Milena



"Hacía mucho que no le escribía, Frau Milena, y hoy mismo sólo le escribo por casualidad. No hay necesidad de que me disculpe por mi silencio, usted sabe cómo odio las cartas. Toda la desdicha de mi vida proviene, si se quiere, de las cartas o de la posibilidad de escribirlas. Y con esto no me quiero quejar, sino formular una observación instructiva. Muy pocas veces me ha engañado una persona; las cartas siempre me engañan. Y no sólo las de otros, sino también las mías. En mi caso es una desgracia muy particular de la cual prefiero no seguir hablando; pero, al mismo tiempo, es una desdicha general. La facilidad de escribir cartas tiene que haber traído al mundo -considerado desde un punto de vista exclusivamente teórico- una terrible perturbación de las almas. Porque es una relación con fantasmas -y no sólo con el fantasma del destinatario, sino también con el propio- la que se va gestando bajo la mano que escribe, en esa carta y, más aún, en una serie de cartas de las cuales una corrobora a la otra y puede apelar a ella como testigo. ¡A quién se le ocurrió que la gente puede mantener relaciones por correspondencia! Uno puede pensar en una persona ausente y puede tocar a una persona presente; todo lo demás supera las fuerzas humanas. Pero escribir cartas significa desnudarse ante los fantasmas. Los besos escritos no llegan a destino, son bebidos por los fantasmas en el camino. Y esa abundante alimentación hace que los fantasmas se multipliquen en forma desmesurada. La humanidad lo percibe y lucha contra eso; para eliminar en lo posible todo fantasma que se interpone entre los hombres y para lograr una comunicación natural, para recuperar la paz de las almas, ha inventado el ferrocarril, el automóvil, el aeroplano. Pero ya es tarde; es obvio que esos inventos han surgido en plena caída. La otra parte es mucho más serena y fuerte: después del correo inventó el telégrafo, el teléfono, la telegrafía sin hilo. Los fantasmas no morirán de hambre, pero nosotros sucumbiremos".

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Franz Kafka nació en Praga el 3 de Julio de 1883, hijo de una acomodada familia de comerciantes pertenecientes a la minoría judía de lengua alemana. A los 23 años obtiene el título de Doctor en Derecho y trabaja como empleado en varias compañías de seguros.
La sombría imagen de un ser permanentemente angustiado y triste es legendaria y totalmente incierta. Kafka era un ser alegre, bromista, cordial y profundamente comunicativo. Fue dueño de una vigorosa alegría de vivir y enfrentó con poderosa fuerza interior las angustias de su difícil vida familiar.
El 3 de Julio de 1924 muere, víctima de tuberculosis en el sanatorio de Kierling, cerca de Viena.
Su más íntimo amigo, el crítico y escritor Max Brod, hace caso omiso de su última voluntad y en lugar de destruir sus obras, da a conocer al mundo su genio literario, ya manifestado en La Metamorfosis (1915) a través de la publicación de El Proceso (1925), El Castillo (1926) y América (1931).


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10 abril, 2008

Pasen y lean: Christian Ferrer

Nota Publicado en Revista El Ojo Mocho nº 18. Buenos Aires, 2004.


LA MECANIZACIÓN DEL CADÁVER

La mala suerte de los animales



“Todas cuantas cosas hay en la tierra perecerán. Más contigo yo estableceré mi alianza: y entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos. Y de todos los animales de toda especie meterás dos en el arca macho y hembra, para que vivan contigo. De las aves según su especie, de las bestias salvajes según la suya, y de todos los que se arrastren sobre la tierra según su casta: dos de cada cual entrarán contigo, para que puedan conservarse. Por lo tanto, tomarás contigo de toda especie de comestibles, y los pondrás en tu morada, y te servirán tanto a ti como a ellos de alimento”. Así le fue anunciado a Noé el diluvio y una misión: amparar un núcleo humano y a todos los animales, y no sólo mientras dure la catástrofe, también custodiar su conservación y reproducción. En tanto, humanos y animales comparten la misma suerte en el arca, emblema de la comunidad de todos los seres vivientes en momentos difíciles, aunque son los primeros quienes deben garantizar la nutrición durante el largo viaje en círculos pues los animales han sido extirpados de su ambiente natural a pesar de ser inocentes de toda iniquidad.

Como a un perro


Respondía únicamente al nombre de “Dash”. Era un perro de la calle entregado a la ciencia para testear la eficacia de la electricidad aplicada al arte de matar. Primero se descargaron 300 voltios sobre el cuerpo del perro, estremeciéndolo hasta el aullido. Luego se siguió con 400 voltios, que tampoco lograron destrozar su vida. De inmediato la corriente alcanzó los 700 voltios, y aunque su lengua era un colgajo, todavía continuaba vivo. Al cuarto ensayo, murió. Fue en New York el 30 de junio de 1888. La comisión estatal encargada de seleccionar un método alternativo a la horca –el preferido hasta ese momento– consideró treinta y cuatro propuestas distintas que abarcaban, increíblemente, la eyección desde un cañón, el hervido de la persona en carne viva y el abandono en medio de una jauría de animales salvajes. El abanico se cerró sobre cuatro teclas: el garrote vil, la guillotina, la inyección hipodérmica (posibilidad rechazada porque “la morfina podría llegar a eliminar en el reo el gran miedo de la muerte”) y la electrocución, que terminó por conformar a los miembros de la comisión. Dos años después, Francis Kemmler sería su primer cobayo humano: había levantado la mano sobre su esposa, fatalmente. En la nueva fórmula judicial que le fue leída se estipulaba lo siguiente: “Has sido condenado a sufrir la pena de muerte por medio de la electricidad”. El condenado respondió al tribunal: “Estoy dispuesto a morir por la electricidad. Soy culpable y debo ser castigado. Estoy listo para morir. Estoy contento de que no voy a ser ahorcado. Creo que es mucho mejor morir por la electricidad que por ahorcamiento. No me causará ningún dolor”. Se equivocaba, y mucho. La sentencia no se llevó a cabo de inmediato pues Kemmler apeló el fallo, que sería confirmado. Entre barrotes fue bautizado en le fe metodista e incluso aprendió a leer, pues había ingresado a prisión analfabeto.


La ejecución de Kemmler no fue sencilla; tampoco la de los sucesores de Dash, otros perros de la calle, y también varios caballos, con los que se terminó de aprontar al verdugo de cuatro patas. La guillotina, en su momento, fue tenida por considerable mejora en relación con los ahorcamientos y fusilamientos acostumbrados, y la silla eléctrica prometía dar una muerte tan veloz que incluso pasaría inadvertida para el condenado. Ese artefacto fatal se insertaba suavemente en la consideración progresista de los inventos científicos: precisos, infalibles, “modernos”; y sin duda no fueron seres enmascarados quienes aprestaron la primera ejecución, sino ingenieros y electricistas. Al ser conducido al último lugar que vería en vida, Francis Kemmler dijo a los mirones presentes: “Caballeros, les deseo a todos buena suerte. Creo que me voy a un lugar mejor, y estoy listo para partir. Sólo quiero agregar que mucho se ha dicho acerca de mi persona que no es verdad. Soy bastante malo. Pero es cruel sacarme de este mundo peor aún”. Una vez sentado y maniatado se dio la orden de liberar los 1000 voltios convenidos. Según relataron los testigos, el cuerpo de Kemmler se endureció repentinamente, se le desorbitaron los ojos, y la piel empalideció. Un médico certificó la muerte del reo diecisiete segundos después. El Dr. Alfred Southwick, dentista, no se privó de espetar: “Aquí esta la culminación de diez años de estudios y de trabajo, desde este día vivimos en una civilización más elevada”. Sin embargo Francis Kemmler no había muerto y varios presentes así lo hicieron notar. Entonces se elevó la corriente a 2000 voltios y la saliva comenzó a fluir por la boca y se le rompieron las venas y las manos se le llenaron de sangre. Al fin, el cuerpo entero ardió en llamas. Ocurrió el 6 de agosto de 1890.

Paleontología y política

Charles Darwin clavó dos rayos sobre un cielo sereno: El origen de las especies, de 1859, complementado en 1871 con El origen del hombre. Animal “evolucionado”, el hombre sería una pirueta autoprovocada por un mono. Luego de la muerte de Darwin se desató en Europa un áspero debate no exento de secuelas políticas en torno al “darwinismo social”, que se superpuso a la polémica paralela entre evolucionistas y creacionistas. “La supervivencia del más apto” no es un lema que resulte de inmediato agradable para describir la promoción de las especies. Hubo quienes privilegiaron la condición “gladiatorial” de esa lucha y extrajeron o más bien adjudicaron significados políticos y morales a la hipótesis de Darwin: la naturaleza, un cuadrilátero; las especies, boxeadores solitarios. El príncipe Piotr Kropotkin, anarquista y científico, les salió al cruce en 1902. En El apoyo mutuo, obra que gozó de cierta consideración pública, Kropotkin identificó dos tipos distintos de lucha. La del organismo contra organismo por los recursos limitados, una postal de coliseo romano que podía satisfacer a la impresionable sensibilidad burguesa del siglo XIX; y la del organismo y la especie juntos contra el medio ambiente, y entonces la supervivencia en el entorno dependería más de la comunión que del combate. Bandadas y manadas –también los humanos– cooperan, y así prosperan. Aquel príncipe no dejó de insistir en que los animales no son crueles entre sí; y también profetizó, retroactivamente y con lógica tenebrosa, que la dominación del hombre por el hombre era una consecuencia desplazada del dominio, maltrato y matanza de los animales por parte del hombre.

Tábula Rasa

Se diría un artículo de fe en ciencias sociales: el cuerpo se sostiene en la cultura, no en la dotación biológica. Pero si la historia se inscribe en el volumen de carne como si éste fuera un pizarrón límpido el linaje animal en el proceso evolutivo pierde su eslabón. Irónicamente, aquella tradicional negación humanística culmina ahora en numerosos sociólogos y filósofos progresistas que depositan en la biotecnología la esperanza de un cambio positivo para el destino histórico de la especie. Ya son legión: unos celebran la continuidad “irreversible” entre máquinas y hombres, y otros deliran con artefactos que reproducirían “inteligencia” y “emociones” humanas. Hastían, todos. Negada la dote de “animalitas” en el ser humano, la discontinuidad se hace abismo y entonces acorralar al resto del reino animal contra el precipicio es cuestión de tiempo. En la vida social, el “drama de la diferencia” puede conducir a la negación o la conculcación de derechos, a la tolerancia o la aceptación del ajeno, y también al reconocimiento de los atributos del “otro” que hay en “mí”. Pero estas operaciones emocionales y políticas se rarifican cuando se aborda la diferencia animal. ¿Dominio, piedad, concesión de “derechos”? La cuestión nos va a concernir únicamente cuando se asuma que la destrucción del cuerpo humano está directamente vinculada con el trato dado al resto de los seres vivientes. El boomerang retorna violentamente al brazo ejecutor. Después de todo, el ser humano bien podría ser una errata de la naturaleza, y la historia humana su persistencia fatal. Pero los animales estaban primero.

Descuido

Por causa de los desplazamientos continentales sucedidos hace millones de años Oceanía quedó desligada de la suerte ecológica de las otras tierras. Cuando los maoríes arribaron desde la Polinesia a lo que hoy llamamos Nueva Zelanda, hacia el año 1300 después de Cristo, había pájaros gigantes como el moa, el ave más grande que existía en el mundo. Siendo uno de los alimentos preferidos de los maoríes, se extinguió hacia el 1600. Sin embargo, en 1893 se descubrió que en una pequeña isla llamada Stephens, ubicada en el Estrecho de Cook, el cual separa las dos grandes islas, la Isla del Norte de la Isla del Sur, habían sobrevivido algunas especies de aves incapaces de volar del tamaño de un pollito que hacía siglos estaban extintas en el resto del archipiélago. Rápidamente, el gobierno neocelandés declaró a la isla reserva natural y prohibió las pisadas humanas en esa cápsula aislada en el tiempo. Un año más tarde todos los pájaros estaban muertos. El asesino, sin embargo, era inocente. El gobierno neocelandés había hecho construir un faro y en 1898 envió al farero quien a su vez llevó un gato por compañía que tardó apenas un año en acabar con todos los pájaros. Un solo ciclo de contacto con la cultura humana había dado de baja a cien millones de años de evolución. Para siempre.

Defensores

No fueron perros o gatos, como podría suponerse, mucho menos ballenas sino caballos, asnos y mulas las primeras víctimas que hallaron defensores. Las sociedades filantrópicas de “protección al animal” se crearon al rescoldo de la revolución industrial y del crecimiento urbano descontrolado, cuando la “tracción a sangre” era el medio de viabilidad más habitual y el maltrato era continuo y a la vista de todos. A su vez, a fines del siglo XIX se fundaron organizaciones en contra de la vivisección dedicadas mayormente a “crear conciencia” en una época en que la experimentación científica se estaba “profesionalizando”, en que se requerían mayores cantidades de animales a modo de cobayos “de indias” y en la cual destripar animales en las escuelas públicas resultaba ser un ítem del currículo. También de fines de ese siglo son las sociedades promotoras del vegetarianismo.

Las sociedades de protección al animal fueron las únicas instituciones devotadas a la defensa de los animales. Sus logros fueron escasos. Eran instituciones “filantrópicas” porque en Europa y Estados Unidos, donde llegaron a ser ricas y poderosas, el enroque de donación por exención de impuestos supone renunciar a la acción política. Solo les restaba el recurso de la “campaña de concientización”. Pero una época en que se criaba intensivamente al ganado con el fin de asesinarlo, en que aparecían males desconocidos antes (la así llamada “vaca loca” llevó a la hecatombe de millones de animales en Europa), en fin, una época en que se contaban por millones los animales con los que se experimentaba en laboratorios ya necesitaba de otro tipo de orientación política. El “Movimiento de Liberación de los Animales” copió los métodos y algunos de los propósitos de los cetáceos del movimiento social ya establecidos y propagó una nueva definición política de la relación entre hombre y animal. Eso ocurrió hacia 1975.

Subhumanos


La vida –y la muerte– de los animales ha sido mecanizada: ya son productos cuyo control de calidad exige de la imposición de ciertas dosis de crueldad. Los cepos y trampas provocan un inmenso padecimiento además de prolongar la agonía del animal durante días. La compra-venta de especies “exóticas” resulta ser el preludio a su extinción al hacerse retroceder la diversidad genética necesaria para su supervivencia. Y en tanto los potentados de extremo oriente sigan adquiriendo ilegalmente polvo de cuerno a modo de afrodisíaco será muy difícil salvar a la actual población de rinocerontes negros. Y al fin la cría de ganado, que supone castración, separación de madre e hijo, marcado, transporte al matadero y muerte prematura, actividades interdictas para con los seres humanos, salvo que se quiebre el lazo de continuidad con algún grupo humano específico, acontecimiento sucedido sesenta años atrás a millones de hombres y mujeres inermes. Rememórese: hasta hace siglo y medio, y en los Estados Unidos, era perfectamente legal separar a las madres de sus hijos, transportar éstos últimos al mercado, y también matarlos antes de tiempo. Durante el ciclo del esclavismo las madres no solían desarrollar afectos fuertes con sus niños pues a la edad de seis años ya podían ser comercializados. Por cierto, en aquellos tiempos los propietarios solían hacer pelear a sus esclavos entre sí, con argolla al cuello y en combates a muerte. Y apostaban, como aún suele hacérselo en las riñas de gallos o de perros de lidia.

Estómago

El lugar común lo tiene por invento contemporáneo que sólo concierne a la clase media sofisticada o esnob. Nada más erróneo. El naturismo fue una doctrina ampliamente difundida desde finales del siglo XIX en Occidente y fogoneada, en especial, por los anarquistas, siempre preocupados por mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Distintas vetas confluían en esa olvidada ecología social de los pobres: ideales existenciales de “buena vida”; la propaganda de la alimentación “proteínica-racional” en los barrios obreros; la difusión de la “biofilia”, el nudismo y el vegetarianismo; la creación de centros de medicina natural; la promoción de la “procreación conciente”; en suma, el naturismo como ideal de vida social. No faltaron, entre los anarquistas, comunas y restaurantes vegetarianos ni tampoco piquetes contra carnicerías. A sus escuelas, también llamadas “racionalistas”, la vivisección les era ajena; por el contrario, en ellas se enseñaba la vida de la naturaleza por medio de paseos por la ciudad destinados a identificar y escuchar a los pájaros, o bien inspeccionando los prósperos nichos de insectos bajo las baldosas. Un equilibrio posible entre existencia e historia olvidado hacia 1930. Vegetarianismo y anarquismo no conformaron una excentricidad ideológica sino una alianza entre política y cultura popular. Los pobres siempre se han nutrido de vegetales, pues la carne animal (conejos, jabalís, ciervos, ostras, faisanes, además de las reses) fue, y sigue siéndolo, un privilegio de ricos. En Occidente la práctica del vegetarianismo no tiene más de dos siglos, pero en China y en India hace miles de años que la comida está preparada a base de vegetales. Por cierto, los hindúes reverencian a las vacas, pero no dejan de ordeñarlas. Sin embargo, la necedad no deja de expandirse: el ganado necesita de alimento proveniente de tierras de cultivos que podrían ser usadas para nutrir a la especie humana con proteína vegetal; se destruyen bosques para hacer lugar a tierras de pastoreo; y las flotas pesqueras capturan un cincuenta por ciento de pesca inservible que sucumbe en el buque-factoría. Si se considera que los vegetales producen diez veces más proteínas que la carne cabe concluir que la industria de la proteína animal no colabora en la disminución del hambre en el mundo. Sólo un boicot podría detener esta trituradora.

El especismo

Los filósofos que han dejado su impronta en el diccionario son escasos. El nombre de Peter Singer quedará vinculado para siempre al “especismo”, concepto al que pensó y definió. En Animal Liberation, de 1975, Singer escamoteó la palabra “derechos” del título de su libro anteponiéndole la noción de “interés” de un grupo, en este caso los animales. Si nos orientamos por principios éticos que promueven la disminución del sufrimiento y el aumento del bienestar no sería aceptable provocar dolor a una especie en función de los intereses de un grupo definido por su estatuto superior, y en el supuesto de que los animales tengan intereses, el primero de ellos sería no sufrir. Entonces, la consideración de los intereses de todos no se restringiría arbitrariamente a los miembros de la propia especie, pero como las especies “explotadas” no pueden organizarse en defensa propia solo una metamorfosis mental y del lenguaje podría dejar en paz al reino animal –y a los seres humanos, mamíferos ellos también.

Hay contra-argumentos y Singer los desactiva. Primero: los animales carecen de inteligencia, atributo que posibilita establecer una simetría de intereses. Pero un mono despliega mayor inteligencia que un bebé, y no por eso consideramos a éste último un inferior. Segundo: los animales carecen de autonomía fuera de su ciclo instintivo. Pero un enfermo grave o un bebé tampoco la tienen, y no por eso los descuidamos. Tercero: los derechos suponen reciprocidad, y los animales no la conceden. Pero tampoco los niños suelen otorgarla, ni pueden concederla aquellos que experimentan una “vida vegetativa”, y el hecho de que las futuras generaciones no existan aún no es criterio para hacer de la tierra un pantano. Cuarto: ausente en los animales un lenguaje auto-reflexivo, no habría continuidad posible con lo humano. Pero tampoco los bebés pueden expresarse de tal manera aún cuando dispongan de la facultad para hacerlo en el futuro, y en otras épocas los sordomudos también carecían de lenguaje.

No hay pruebas científicas para “comprobar” la necesidad de terminar con la destrucción de los animales. Es un ideal orientador. En el pasado se publicaron libros “científicos” que “probaban” la inferioridad “natural” de los esclavos, o de las mujeres, o de los que no fueran blancos. Justamente, el especismo niega los intereses de otras especies a partir de prejuicios favorables a la propia. Si las sensaciones de sufrimiento o de gozo son los atributos que regulan toda preferencia o decisión no se justifica la negación a tener en cuenta otros padecimientos. Comer animales o experimentar con sus vidas depende del ocultamiento del proceso, en particular a los niños. Es una precondición imprescindible para engullir cadáveres de animales.

No

En 1988 una adolescente llamada Jennifer Graham se negó a practicar una vivisección. Habiéndosele bajo la nota por causa de su negación, la chica inició un juicio al Estado de California, y lo ganó. La disección en vivo ya no sería obligatoria en ese Estado de allí en adelante. Una ley caída por causa de la palabra no, dicha en un colegio estatal.

Un solo hombre

“¿A cuántos conejos Revlon deja ciegos por causa de la belleza?”. Esta pregunta, publicada a página entera en el New York Times del 15 de abril de 1980 logró que millones de dólares en acciones de la corporación hegemónica en el mercado de la cosmética se desplomaran en menos de veinticuatro horas. Hasta ese entonces la pasta de rouge o de rimel era testada sobre conejos, a los que se les embadurnaba la mucosa ocular con el fin de averiguar si el exceso de sustancia cosmética producía algún efecto. La consecuencia era la ceguera final del animal previa ulceración progresiva de la piel y el ojo. El aviso se repetiría dos veces más hasta hacer doblegar a Revlon. De allí en más el “animal testing” fue abandonado y el “control de calidad” se hizo sobre imitación artificial de la carne viviente. El mismo camino fue seguido por el resto de la industria cosmética, temerosa del costo a pagar en publicidad negativa.

Henry Spira, maestro de escuela y miembro exclusivo de una organización dedicada a la “liberación animal”, había encargado ese aviso. Había nacido en Antwerp, Holanda, en 1927, pero previendo la tormenta y matanza que se avecinaban su familia se estableció en Panamá primero, y luego en New York. El hijo adolescente pronto comenzaría a activar en grupos sionistas de izquierda y en 1944 se afilió al Socialist Worker’s Party, al cual permanecería unido la mitad de su vida. A pesar de ser la organización trotskista más importante de los Estados Unidos la suerte nunca la acompañó en comicios: en su mejor actuación sólo pudo acopiar 40.000 votos. Henry Spira escribía en el periódico del partido a la vez que se embarcaba en la marina mercante, oficio en el que activó contra la dura burocracia del sindicato.

En diciembre de 1955, y en la ciudad de Montgomery, una mujer llamada Rosa Parks se negó a levantarse de su asiento. En el Estado de Alabama, por entonces, un negro estaba obligado a ceder su posición a los pasajeros blancos. El hombre blanco al cual se le negó ese “derecho” reclamó ante el conductor, quien no pudo persuadir a la mujer de abandonar la actitud. Obstinado, el hombre llevó a juicio a la mujer y a la empresa de transportes. La respuesta fue el boicot: durante siete meses miles de personas fueron y volvieron caminando hasta conseguir derogar la ordenanza municipal. Fue el inicio del movimiento de lucha por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos. Henry Spira cubrió el conflicto para su periódico y de la simple observación de los acontecimientos aprendió algunas cosas. Luego, en 1959, viaja a Cuba para conocer la revolución de cerca pero meses después abandonó la isla decepcionado ante la política positiva de Fidel Castro para con la Unión Soviética. Al fin, deja la marina mercante y trotskismo y se transforma en maestro de una escuela secundaria. Y así hasta 1973.

El 5 de abril de 1973 The New York Review of Books publicó un comentario favorable a la edición reciente de un par de libros que trataban el tema de los derechos del animal. El autor de la reseña era un joven filósofo llamado Peter Singer. Meses después, Henry Spira lee en una publicación trotskista de escasa tirada una crítica a la crítica de Singer; básicamente una denuncia de la “bancarrota-intelectual-de-los-intelectuales-de-izquierda-que-en-vez-de-defender-a-los-trabajadores-se-dedican-a-causas-superfluas”. Pero Spira, muy entrenado en el arte de leer entrelíneas, se procuró el artículo original. Al año siguiente Singer ofreció un curso de “extensión” en la Universidad de New York en el que expuso avances de su libro Animal Liberation. Concurrieron veinte personas y Henry Spira era uno de ellos. Seis de aquellos estudiantes formaron el núcleo original de Animal Rights International, que se apropió de la tradición de lucha del feminismo y del movimiento por los derechos civiles para su propia causa.
Era preciso elegir donde golpear. En 1975 el Museo Americano de Historia Natural amparaba archivos y objetos pero también un laboratorio en donde se experimentaba con felinos desde hacía década y media. A los gatos se les extirpaban los órganos sexuales y se les inducían lesiones cerebrales con el fin de saber si ello afectaba a su conducta reproductiva. Constatación tan cruel como innecesaria para el mundo. El grupo comenzó con carteles y reparto de panfletos en la entrada del Museo. De a poco, las radios se ocuparon del caso. En uno de los piquetes una octavilla le fue entregada a un hombre trajeado, quien se ofreció a mejorar la espantosa presentación de esos panfletos: era vegetariano y también publicista. Cuatro años más tarde Henry Spira lo llamaría por teléfono con el fin de averiar a Revlon. En un principio el Museo ignoró los reclamos, pero pronto se vio obligado a defenderse pues Spira había convencido a un joven legislador llamado Ed Koch, futuro alcalde de New York, de realizar una inspección al laboratorio. La comisión que visitó el museo inquirió por la naturaleza de los experimentos y se le mostró un gato macho con lesiones cerebrales inducidas encerrado en una jaula donde también había una gata y un conejo hembra. Koch preguntó por las secuelas del experimento: ¿acaso la preferencia sexual del felino sería afectada por la lesión? Se le respondió que el gato iba indistintamente con la coneja o con la gata. Koch repreguntó: “¿Y qué opina la coneja de todo esto?”. El clima de opinión de aquellos años no favorecía a éste tipo de activismo. Por un lado, los “líderes de opinión”, los políticos y los periodistas no tomaban en serio a la cuestión; por otra parte, el desprecio de la comunidad científica para con los objetores de experimentos con animales era inconmensurable. Sin embargo, Henry Spira se cuidó siempre de confrontar con la ciencia en sí misma. Al fin, la presión de la opinión pública logró que el Museo se viera obligado a suspender los experimentos y a deshacerse de los investigadores. El epitafio de los mismos fue cincelado en octubre de 1976 por la revista Science, que publicó un artículo crítico de esas investigaciones. Fue el golpe de gracia. Science abandonó al Museo a su suerte quizás porque ya se hacía evidente que no era posible defender cualquier experimento realizado con animales, y además porque en aquel laboratorio acostumbraban poner nombres de famosos científicos vivos a los felinos lobotomizados o castrados; entre otros, el del director de la revista Science.

Fue el comienzo. El siguiente paso condujo a Spira a confrontar con la industria cosmética, consiguiendo un triunfo casi inimaginable en décadas anteriores. Luego, en los años noventa, Spira lanzó una campaña destinada a bajarle la cerviz a un gigante, Mc Donald’s. Pues si los experimentos “científicos” realizados en el Museo de Historia Natural suponían la castración y daño de cientos de felinos, y sí la experimentación en cosmética atañía a la suerte de miles y miles de conejos, la producción de carne vacuna o de pollo para hamburguesas implicaba la mecanización de la vida y la muerte de millones de animales. La campaña culminó en un juicio iniciado y ganado por la empresa, aunque el veredicto se constituyó en una victoria pírrica para Mc Donald’s que ni siquiera intentó cobrar los cientos de miles de dólares cargados a cuenta del defensor de los animales. Henry Spira murió en el año 2001. Los muchos logros que consiguió para su causa se desprendían del potencial político que la palabra “liberación”, ojo de la cerradura de los años sesenta y setenta, extendía ahora al reino animal.

Hominización


El largo proceso de hominización culminó en un desequilibrio. Transformado en el árbitro de todas las especies, el hombre las sometió a su arbitrio. Es un acontecimiento que no puede ser revertido, ni redimido, y quizás tampoco pueda ser detenido. La progresión de la historia humana, y el rango de sus necesidades, así lo exigen. Constatación trágica de un inmenso y cruel experimento diseñado para antedatar la llegada del Apocalipsis, comenzando con el de los animales. Se trataría de la remoción de la orden dada a Noé: no la conservación y cuidado de la vida animal, sino su holocausto.



Llamadas:


John Berger. “¿Por qué miramos a los animales?”, en Mirar. Editorial Hermann Blume, Madrid, 1987.
Peter Coetzee. Elizabeth Costello. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2004.
Richard Moran. Executioner’s Current: Thomas Edison, George Westinghouse and the Invention of the Electric Chair.
Peter Singer. Liberación animal. Editorial Trotta, Madrid, 1999. (Edición original: 1975).
Peter Singer. Ethics into Action. Henry Spira and the Animal Rights Movement. Rowman & Littlefield Publishers, Lanham, Maryland, 2000.

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Christian Ferrer (1960) es ensayista y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Integró el grupo editor de la revista La Caja, y actualmente integra los de las revistas El Ojo Mocho y de Artefacto.
También edita Sociedad, la revista de la Facultad de Ciencias Sociales. Ha publicado Mal de Ojo. Ensayo sobre la violencia técnica, así como ha preparado Prosa plebeya (recopilación de ensayos del poeta Néstor Perlongher), El lenguaje libertario (antología del pensamiento anarquista contemporáneo), y Lírica social amarga (compilación de escritos inéditos de Ezequiel Martínez Estrada). Sus últimos tres libros son Cabezas de tormenta. Ensayos sobre lo ingobernable, La curva pornográfica, y Barón Biza. El inmoralista.

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