Para alejarnos (un poco, apenas) de nuestras habituales lecturas, aquí dejo de regalo estos dos poemas, que ojalá nos sirvan para (re)conocer a este (imprescindible) autor...
La traducción al castellano es de Adrián Icazuriaga. Gracias a www.enfocarte.com
La Maldición de Adán
(De In The Seven Woods)
Nos sentamos juntos un atardecer de verano,
Aquella hermosa mujer, tu íntima amiga,
Tú y yo, y charlamos de poesía.
Yo dije: “Un línea tal vez pueda llevarnos horas,
Pero si no recrea un pensamiento instantáneo,
Nuestro hilar y deshilar ha sido en vano.
Mejor sería que te pusieras de rodillas
Y fregaras el suelo de la cocina, o que picaras piedra
Como un pobre viejo de sol a sol;
Porque articular cadenciosamente los dulces sonidos
Es trabajo más duro que todo eso, y sin embargo
Serás tildado de holgazán por la ruidosa camarilla
De banqueros, profesores y clérigos
Que los mártires llaman Mundo.”
Y entonces,
Aquella hermosa y apacible mujer por la cual
Más de uno se abandonaría a la angustia
Por descubrir que su acento es grave y dulce,
Respondió: “Quien ha nacido mujer sabe
–aunque nadie lo comente en las escuelas–
que debemos esforzarnos denodadamente para ser bellos.”
Yo asentí: “Cierto es que desde la caída de Adán
No hay excelencia lograda sin el mayor esfuerzo.
Han existido amantes para quienes el amor
Debía estar tan compuesto de galanteos y cortesías
Que suspiraban y glosaban frases de memoria
Con poses extraídas de algún viejo y hermoso libro;
Sin embargo ahora parece un asunto de lo más frívolo.”
Al nombrar el amor permanecimos callados;
Vimos apagarse los últimos emblemas de la luz
Y en el tembloroso verdiazul del cielo
Una luna, pálida como si hubiese sido una concha
Bañada por la perpetua marea del tiempo
Entre las estrellas se desgranaba en años y en días.
Tuve un pensamiento sólo para tus oídos:
Pensé que eras hermosa, y que había procurado amarte
Según la vieja costumbre del amor;
Que todo hacía parecer feliz, pero nos volveríamos
Tan descorazonados como la luna hueca.
Tras un Largo Silencio
(De Crazy Jane)
Discurso tras un largo silencio: está bien,
–los demás amantes enajenados o muertos,
La luz hostil de la lámpara oculta en su pantalla,
Las cortinas echadas sobre una noche hostil–
Que disertemos y otra vez disertemos
Sobre el noble tema de Canción y Arte:
Decrepitud física es sabiduría;
Jóvenes nos amábamos
Y éramos ignorantes.
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William Butler Yeats (1835-1939), periodista polémico, senador, autor y empresario de teatro, Premio Nobel. En cierta forma, mago, pero antes que nada, poeta, en obra y vida. Apasionado del ocultismo, y por sobre todo de Irlanda, por cuya independencia trabajó y a cuyo renacimiento artístico dio impulso decisivo.
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